Motivación: el motor del aprendizaje

Motivación: el motor del aprendizaje

La motivación es el conjunto de estímulos que mueven a las personas a realizar determinadas acciones o a asumir ciertas actitudes y persistir en ellas. Particularmente, en el campo de la educación, la motivación hace referencia a los factores que incitan a los estudiantes a participar de forma activa en clase, interesarse en el estudio de forma genuina, atender sus responsabilidades con calidad y oportunidad, en general, a evidenciar de forma concreta su interés por aprender.

De acuerdo con expertos en el tema, cuando un alumno quiere aprender algo, lo logra con mayor facilidad que cuando no quiere, un estudiante motivado desarrolla una actitud positiva que le permite aprender mejor, mientras que un estudiante ansioso y poco motivado creará un bloqueo mental que interferirá en su aprendizaje, de ahí que se considere que la motivación es el motor del aprendizaje.

Igualmente se ha determinado que existen dos tipos de motivación. La motivación intrínseca, que se da de forma espontánea, es decir los estudiantes consideran importante y satisfactorio lo que hacen en clase, les gusta el desafío que implica el estudio y responden al mismo de forma desenvuelta.  Por su parte la motivación extrínseca es la que puede ser inducida de forma externa, bien sea por recompensas o por castigos, es decir lo que interesa es el beneficio obtenido como resultado de su desempeño.  Según las teorías de aprendizaje, es fundamental combinar tanto la motivación interna como la externa, dado que a complementarse permiten alcanzar resultados relevantes en el  proceso educativo.

El rol del profesor es de gran importancia pues tiene la responsabilidad de despertar interés en sus alumnos, estimular y mantener el esfuerzo y dirigirlos hacia el logro de aprendizajes y comportamientos para aplicarlos de forma voluntaria durante las clases. Lo anterior no implica la aplicación de técnicas o teorías de enseñanza puntuales, sino que debe lograrse a partir de las actitudes, comportamiento y desempeño del mismo docente procurando una interacción positiva con el estudiante. 

Según la investigadora y Doctora en Psicología, María Rodríguez Moneo, el comportamiento de las personas puede servir de indicador para medir la motivación. En este sentido citamos a continuación aspectos a tener en cuenta para identificar si un estudiante está o no motivado:

  • La preferencia o elección de una actividad frente a otra. 
  • La latencia. El tiempo que se tarda en producir una respuesta desde que se ha presentado una estimulación. Entre más tarde inicie el trabajo asignado, menos motivación por la tarea existe.
  • El esfuerzo. Entre más recursos físicos y cognitivos invertidos en el desarrollo de una tarea, mayor motivación hay.
  • La persistencia en la tarea. Existe más motivación cuanto mayor sea el tiempo entre el inicio de una tarea y su finalización. 
  • Los indicadores expresivos de las emociones. Las acciones suelen ir acompañadas de expresiones emocionales que indican el placer o displacer que genera la actividad. 

Claves para motivar a los estudiantes

  • Generar un ambiente cálido, empático, de constante comunicación maestro - alumnos y mutua entre estudiantes.
  • Desarrollar las actividades de forma creativa, lógica y ordenada, que los induzcan a utilizar sus diversas capacidades.
  • Explicar a los alumnos los objetivos educativos previstos para la sesión, dándoles a conocer la importancia y utilidad de lo que aprenderán.
  • Aplicar los contenidos y conocimientos adquiridos a situaciones próximas y cercanas para los alumnos.
  • Valorar el esfuerzo, destacar las virtudes y habilidades y cualidades del estudiante, tomar los errores como nuevos momentos de aprendizaje y enriquecedores.
  • Plantear el razonamiento y la comprensión como herramientas para la resolución de actividades y conflictos.