Actividades virtuales por edades, el uso del tiempo más allá

Actividades virtuales por edades, el uso del tiempo más allá

A raíz de la pandemia del Covid-19, la vida de niños, adolescentes y jóvenes deben apoyarse en las TIC, para poder seguir adelante con los estudios, así sea bajo el modelo de alternancia, situación frente a la cual algunos padres de familia y observadores temen que el uso de pantallas que hacen sus hijos durante el día sea excesivo.

El internet se ha convertido rápidamente en la única forma de jugar, socializar y aprender. Según los expertos, no se puede establecer una cantidad de tiempo exacta para que los niños estén en la red, aunque no se recomienda su uso a menores de 18 meses, y para niños entre dos y cinco años el tiempo máximo debería ser de una hora diaria.

 

En niños que pasen de los 6 años en adelante es necesario tener en cuenta que el uso excesivo y no controlado por parte de los padres puede llevar consigo tan graves situaciones como:

  • Consumo de contenidos no apropiados para la edad
  • Menos horas de sueño
  • Mayor posibilidad de ser víctimas de ciberbullying
  • El sedentarismo provocado por estar frente a una pantalla eleva el riesgo de obesidad y de malos hábitos de alimentación que después son llevados a otras edades.
  • A nivel ocular, especialistas señalan que no necesariamente el uso del dispositivo va a inducir a que tenga un defecto refractivo, como miopía o astigmatismo. Sin embargo, lo que sí se ha visto es que si el estudiante utiliza la pantalla a una distancia cercana, se aumenta el defecto visual.

Es importante que en el caso de los niños que cursan educación inicial y primaria, los padres monitoreen las sesiones virtuales, no solo para solucionar problemas técnicos, sino para ofrecer a los niños mayor seguridad y confianza pues se encuentran frente a un nuevo escenario. Sin embargo, se recomienda a padres y cuidadores que se queden al margen durante las clases, y no respondan por boca de los niños, evitar comentarios y no hacerles los trabajos. Se debe fomentar su autonomía evitando intervenir y controlar en exceso, aunque, es preciso la supervisión.

 

Sin embargo, la educación y el quehacer diario debe ir más allá del escenario de la virtualidad. Es así como los profesores pueden generar actividades motivadoras, creativas y divertidas para que los niños realicen sin necesidad de estar conectados a las pantallas, como leer libros en papel, hacer manualidades o realizar los ejercicios con lápiz y luego escanearlos o fotografiarlos para que los profesores los revisen.  También se puede recurrir al ingenio proponiendo ejercicios de matemáticas o experimentos científicos que puedan realizarse en el hogar.

 

En cuanto al ejercicio físico, hasta ahora se había recurrido a las sesiones virtuales para practicar deporte desde casa, pero ahora y dependiendo de las medidas que regulan las autoridades, los niños pueden salir a caminar y disfrutar del aire y el sol, por lo que es importante que los profesores de educación física los motiven a estar activos, alejándose un rato de las pantallas.

 

La invitación que hacen autoridades y expertos a las familias es a no preocuparse en exceso por el tiempo que los niños estén delante de las pantallas, siempre y cuando las actividades que se desarrollen son positivas y productivas y ante todo de calidad, pues de acuerdo con evaluaciones realizadas en distintos países la experiencia no ha afectado la enseñanza y tampoco ha evidenciado efectos secundarios relacionados  con el tiempo en que los estudiantes han pasado frente a las pantallas. 

 

Cabe mencionar que esta experiencia de la pandemia pese a la existencia de las vacunas aún es incierta para todos y la buena enseñanza de manera virtual necesita de tiempo, reflexión, planificación y retroalimentación por parte de las instituciones educativas, alumnos y familias, con el objetivo de seguir mejorando su calidad.