Proteger si, sobreproteger no!

Proteger si, sobreproteger no!

Querer, cuidar y proteger, son acciones innatas de los padres con sus hijos, sin embargo cuando se exceden estas atenciones se interfiere en el normal desarrollo del niño limitando sus competencias personales para enfrentar los retos propios de la vida.

Protegerlos de los peligros de la vida, evitar que sufran o tengan dificultades para hacer u obtener algo, hacer las cosas por ellos para que terminen más rápido, darles todo hecho, son algunos de los comportamientos que muchos padres tienen con sus hijos pero que al hacerlos de forma habitual terminan en sobreprotección. 

En este sentido, es importante que los padres actúen como guías con sus hijos fomentando en ellos el desarrollo de sus propias habilidades y por ende de su autonomía, evitando que los niños se conviertan en personas dependientes de sus padres, incapaces de tolerar la frustración, así como de enfrentar cualquier situación que exija esfuerzo por mínimo que sea, conformistas, con baja autoestima y poca autoconfianza. 

Es importante fomentar en los niños la confianza suficiente para que enfrenten y tomen decisiones por sí mismos frente a las diversas situaciones que surgen en su proceso de desarrollo, y esto se logra permitiéndoles explorar el mundo, enfrentarse a lo nuevo, a lo diferente, conocer el valor de lograr algo, así como la decepción y el desconsuelo de perder algo. 

Un niño sobreprotegido asume comportamientos marcados por la timidez y la inseguridad por lo que tiene problemas para relacionarse con los demás, siente temor y desconfianza frente a actividades que salgan de su rutina, no asumen responsabilidad y pocas veces son capaces de tomar la iniciativa, buscan permanentemente la protección de terceros y muestran dependencia extrema de sus padres a tal punto que sufren  y convierten en hechos traumáticos actividades como separarse de ellos  para asistir al jardín infantil.

Conductas de padres sobreprotectores

  • No les permite hacer las cosas para las que sí que están preparados como vestirse, comer, ordenar su cuarto, lo que impide que adquieran autonomía
  • Evita decirles no para que no se enfaden, se frustren ni sufran por no tener algo que les guste. 
  • Les impide desarrollar recursos y estrategias que les serán necesarias en el futuro. 
  • Satisface sus necesidades en exceso como permitirle elegir la comida porque no le gusta lo que hay, organizar su maleta para el colegio, preparar su ropa para el día a día, entre otras actividades. 
  • En lugar de escuchar a los niños y ayudarles en sus problemas del día a día con sus amigos, se las solventan, hablando directamente con el niño o con sus padres.
  • Se convierte en la agenda del niño.
  • Está pendiente de su ubicación llamándolos permanentemente, los lleva y los recoge siempre, repone lo que se daña o pierde de forma inmediata.