Tatuajes y piercing en adolescentes

Tatuajes y piercing en adolescentes

La etapa de la adolescencia está llena de muchos cambios, en la que los jóvenes buscan su identidad, en este proceso adoptan comportamientos, formas de expresión o se vinculan a grupos sociales que ven en los tatuajes o los piercing formas de sentirse independientes y autóctonos.

Los tatuajes y piercing se han convertido en algunos  más que un gusto personal en una moda impulsados por sus amigos o la tendencia de muchos famosos.  Otros buscan expresarse, diferenciarse de los demás, sentirse que ya son adultos o demostrarle a su pareja cuanto la quieren.  

La orientación de los padres es fundamental cuando un adolescente manifiesta su deseo de realizarse un tatuaje o colocarse un piercing.  Se le debe informar sobre todas las implicaciones que se tienen como peligros, cuidados, cicatrices y las consecuencias a las que se verán enfrentados a nivel social o laboral.     

Un buen diálogo sin presiones sino con buenas razones seguramente logrará que el joven termine pensando si es bueno realizarse un tatuaje o piercing.  Algunas de los planteamientos por las que ellos podrán desistir de su idea serán:  si en todos los trabajos lo aceptaran, que son perforaciones y marcas para toda la vida,  si llegaran a arrepentirse no  podrán eliminarlas , si se desea tatuar el nombre de la pareja es posible que terminen y ya no sea un buen recuerdo.   

Es importante que los padres no omitan hablar de este tema o tengan una posición muy cerrada.  Los adolescentes al ser vulnerables en muchos casos pueden optar por realizarse  el tatuaje o el piericing a escondidas y en sitios que no tengan las condiciones de salubridad. 

Si el joven definitivamente se empeña en realizarse un tatuaje se le puede sugerir que inicialmente pruebe con tatuajes no permanentes y que a medida que pase el tiempo evalúe si realmente desea tenerlo para siempre. 

Es necesario evaluar que tan rebelde o conflictivo puede ser el hijo, en muchos casos solamente buscan llamar la atención y mantener a los padres fuera de control.  En estos casos es recomendable acudir a profesionales de la medicina, expertos en el manejo de la etapa adolescente.  

Tanto los tatuajes como los piercing se convierten en prácticas riesgosas sino se utilizan los elementos adecuados y no son realizados por personas idóneas.  Los piercing al ser perforaciones en la piel pueden generar infecciones, alergias, hemorragias, inflamaciones, cicatrices, tétanos, hepatits o VIH.  Los tatuajes pueden presentar riesgos como contraer infecciones virales, hepatitis, dermatitis, alergias o enfermedades graves como VIH. 

Si el adolescente ha decidido definitivamente que quiere un piercing o un tatuaje permanente, y los padres después de un buen diálogo terminan aceptándolo, es importante ayudarlo a elegir el sitio adecuado, que cuente con las garantías necesarias de higiene, profesionales e instrumentos aptos para esta práctica.  Posteriormente se debe contribuir para que el joven tenga los cuidados necesarios para evitar infecciones o inflamaciones.